jueves, 16 de septiembre de 2010

Calamaro es único.

Partamos de una base obvia: Calamaro es único. Suena a perogrullada, pero sólo así se puede hallar una explicación racional a lo acontecido esta noche en la madrileña sala La Riviera, donde el cantante abrió la puerta grande tras una primera hora de actuación.


No le faltó actitud, ni temple, ni generosidad al artista nacido en Buenos Aires, que saltó al escenario dispuesto a ofrecer un concierto de altos vuelos a los 3.000 espectadores que llenaron el recinto capitalino

Nada que reprochar respecto a la elección de las composiciones, pasaban los minutos y las canciones, algunas de calado tan profundo como Jumpin' Jack Flash de los Stones que se convirtió en 'El salmón', 'Mi enfermedad', 'Carnaval de Brasil', o 'Revolución turra', 'Mi gin tonic', 'El día de la mujer mundial' o 'Nunca es igual', que a falta de la voz de Antonio Escohotado se completó con unas cuantas estrofas del 'Get up, stand up', la versión con la que Calamaro suele homenajear al maestro del 'reggae' Bob Marley.

'All you need is pop' y 'Me estás atrapando otra vez' precedieron a 'Me envenenaste', una de las escasísimas piezas que Calamaro atacó de su último álbum de estudio, 'On the rock' cuando la situación pegó un giro de 180 grados con 'Te quiero igual', que provocó el júbilo del respetable antes de que la locura colectiva inundara el local con esa irresistible oda a la amistad que es 'Los chicos', seuida de Todavía una canción de amor.


Calamaro, que de repente comenzó a moverse de un lado a otro de la tarima sin dosificar esfuerzos, desatado, y es que cuando entra en ebullición, el ex de Los Rodríguez es imparable, un torbellino de rock en estado puro que pide prisión incondicional para los militares implicados en la dictadura de Videla mientras ataca con rabia las notas de 'El perro'.

La ironía de 'Alta suciedad' retumbó por todos los rincones y la emotividad reclamó su cuota de protagonismo con 'Paloma', otra de esas composiciones inmortales y que forma parte por derecho propio de la leyenda 'calamariana'.

Genio y figura, Calamaro se despidió antes de los bises al estilo de los toreros, con el brazo extendido recorriendo la sala de punta a punta. Quizás sea mucho suponer, pero aquello sonaba a recadito para los que tanto le criticaron en Twitter por su afición a la tauromaquia.

El postre corrió a cargo de 'Estadio Azteca', 'Crímenes perfectos' y 'Flaca', punto final de una noche en la que Calamaro volvió a mostrar que no se pueden poner en tela de juicio sus dotes musicales.

Te guste o no,  nuestro Calamaro es uno de los nombres más relevantes de la música cantada en castellano y por suerte pudimos estar gozando y cantando todos los temas con Él.
 
Muchas gracias por existir!
Fuente

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la crónica, Sergio. Parece que fue un concierto muy emotivo, y que El Cala supo meter muchas canciones de su repertorio anterior, lo cual es muy de agradecer, más si se tienen en cuenta que su último disco es bastante irregular, y contiene canciones con muy poco azúcar y Galaxia, muy lejos de `Crímenes perfectos´, `Flaca´, `Te quiero igual´, o `Mi enfermedad´y `Todavía una canción de amor´, de Los Rodríguez, temas que sí tocó y que forman parte de su inspiración más plena.
Es un crack Calamaro, y quizá por eso se nota más cuando a veces tiene bajones en el nivel de sus discos y canciones. Por suerte predomina lo bueno, y su excelente azúcar pop-rock de altura, el peso de su esencia, de su estilo, es lo que queda, y lo que podemos seguir disfrutando.
Jorge

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